La verdad es que no es muy normal encontrarte perros intentando salir por debajo de la puerta en una postura tan extraña pero la actitud del perro era más bien de curiosidad y de ganas de "jolgorio" que de otra cosa...
Parecía acostumbrado a fisgar de esa manera porque como la acera era bastante estrecha por poco lo pisamos al pasar pero él ni se inmutó (o ella). El óxido de la puerta le da un aire tétrico pero era una casa particular aparentemente normal.
Después de esta parrafada...me alegro de que a pesar de todo te guste y tu apreciación me parece muy útil. ;) Besotes
Me gusta ese color rojizo del hierro oxidado. Sería curioso experimentar con un filtro para eliminar el azul. Lo 'espeluznante' quizá se deba a que el color del perro es idéntico al de la puerta oxidada y a la tierra, y no se sabe dónde empieza uno y dónde acaba el otro...
Cierto, John, y la postura tan antinatural del animal. Con lo grande que es, así asomado debajo de la puerta parece desesperado o un ser a medio camino de la fantasía y la realidad. A propósito ¡Bienvenido oficialmente a este blog!
No sé qué hay exactamente en esta foto, pero me da escalofríos. Y no es la mirada. Qué bueno es ver imágenes que provocan cosas
ResponderEliminarLa verdad es que no es muy normal encontrarte perros intentando salir por debajo de la puerta en una postura tan extraña pero la actitud del perro era más bien de curiosidad y de ganas de "jolgorio" que de otra cosa...
ResponderEliminarParecía acostumbrado a fisgar de esa manera porque como la acera era bastante estrecha por poco lo pisamos al pasar pero él ni se inmutó (o ella). El óxido de la puerta le da un aire tétrico pero era una casa particular aparentemente normal.
Después de esta parrafada...me alegro de que a pesar de todo te guste y tu apreciación me parece muy útil. ;)
Besotes
Me gusta ese color rojizo del hierro oxidado. Sería curioso experimentar con un filtro para eliminar el azul. Lo 'espeluznante' quizá se deba a que el color del perro es idéntico al de la puerta oxidada y a la tierra, y no se sabe dónde empieza uno y dónde acaba el otro...
ResponderEliminarCierto, John, y la postura tan antinatural del animal. Con lo grande que es, así asomado debajo de la puerta parece desesperado o un ser a medio camino de la fantasía y la realidad.
ResponderEliminarA propósito ¡Bienvenido oficialmente a este blog!
Danke!
ResponderEliminar